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!!BIENBENIDOS!!!

El Ministerio Cristiano Israel nace en el corazón de Dios hace algun tiempo despertando una necesidad tremenda en el estudio de la palabra, con mis comienzos en el estudio de la palabra a los 18 años de edad. Desde entonces he tenido un vivo deceo de llevar la palabra de Dios a las naciones.

Hoy quiero invitarte a conocer profundamente el mensaje de nuestro Señor a las naciones como así también profundizar tus conocimientos sobre su vida, persona, poder, magnificencia, reino, Amor, fidelidad, misericordia, etc... Aquí podrás conocer la historia de Israel en sus comienzos en el A.T como también en el N.T el proceso del nuevo pacto que nos permitio acceder a sus promesas.

Espero que sea una fuente rica para el conocimiento verdadero de sus verdad.

"EL TEMOR DEL SEÑOR ES EL PRINCIPIO DEL CONOCIMIENTO; LOS NECIOS DESPRESIAN LA SABIDURIA Y LA DISCIPLINA". PROVERVIOS CAP 1:7.

Hechos Cap 12

Hechos 12
12:1 -- En aquel mismo tiempo el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia. Compárense 4:3; 5:18; significa que al prenderles los trataban bruscamente. Para maltratarles. Dice 9:31 que "Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea" cuando se convirtió Saulo de Tarso, pero ahora (después de unos ocho años o más) Herodes empieza otra persecución severa. Los primeros adversarios principales de los apóstoles eran los saduceos (4:1, etc.). Ahora el rey mismo llega a ser su enemigo.
El nombre "Herodes" no era nombre propio sino el nombre de una familia de reyes. Este rey Herodes (de Hechos 12) era el nieto de Herodes el Grande, segundo hijo del idumeo Antipas, quien mató a "todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores" (Mat. 2:16), y hermano o sobrino de Herodes Antipas quien mató a Juan el bautista (Mat. 14:1-12). El nombre de éste Herodes (quien mató a Jacobo) era Agripa I y reinó desde el año 42 hasta el año 44 d. de J. C. La casa de Herodes era como la casa de Saúl: "casa de sangre" (2 Sam. 21:1).
12:2 -- Y mató a espada a Jacobo, hermano de Juan. Jacobo, el hijo de Zebedeo, hermano de Juan, fue el primero de los apóstoles que sufrieron el martirio. Véase Mar. 3:17 ("hijos del trueno"); 10:35-45. Sin duda Jacobo se acordó de lo que Jesús había dicho acerca de él y Juan (Mat. 20:23, "A la verdad, de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados".) Esta profecía se cumplió cuando Jacobo fue degollado, pero también se cumplió en la vida de persecución sufrida por Juan (que sepamos no murió violentamente).
Lucas no describe el trabajo de Jacobo, pero ¿por qué lo escogió Herodes si no hacía una obra significativa de evangelismo? Seguramente era un líder dinámico, al igual que su hermano Juan.
En la persecución registrada en Hech. 8 los miembros de la iglesia fueron perseguidos (Hech. 8:1-4; 9:1), pero aunque Herodes comenzó con ellos, ahora da atención a los apóstoles mismos. Para esta fecha los apóstoles habían predicado apenas unos diez años. ¿Por qué permitió el Señor que uno de los doce muriera tan pronto? La respuesta se ve en Isa. 55:8, 9.
Lucas relata la muerte de Jacobo con siete palabras. Sin lugar a dudas, este evento causó profunda tristeza entre los cristianos. La brevedad de tales relatos importantes es otra evidencia de la inspiración de los escritores del Nuevo Testamento, porque autores no inspirados hubieran escrito un relato extenso de ese acontecimiento tan importante. El Espíritu Santo ejerció control sobre los escritores del Nuevo Testamento. (En cuanto a la brevedad, recuérdese también que el evangelio maravilloso según Marcos es un relato incomparable).
¿Por qué se relató más ampliamente la muerte de Esteban que la de Jacobo? Porque el sermón predicado por Esteban fue una obra maestra con respecto a la relación entre Cristo y los personajes importantes del Antiguo Testamento.
Debemos recordar siempre que "Estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos" (Sal. 116:15). Si recordamos este texto y otros como Fil. 1:23 y Apoc. 14:13, no pensaremos que la muerte de los santos es una tragedia.
Según las Escrituras lo que importa es la calidad de vida, es decir, cómo vivimos y no tan solo cuánto tiempo vivimos. Matusalén vivió 969 años pero ¿qué hizo? Jesús vivió apenas 33 años pero ¿qué hizo? Así también Jacobo; este apóstol ya había hecho grandes cosas por el Señor y su muerte sirvió a los propósitos del Señor al igual que su vida. "Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?" (Rom. 11:34). Daba lástima que Jacobo muriera tan pronto pero recuérdense los muchos sufrimientos (como los de Pablo, 2 Cor. 11:24-34) que Jacobo no tuvo que sufrir.
12:3 -- Y viendo que esto había agradado a los judíos, procedió a prender también a Pedro. Eran entonces los días de los panes sin levadura. Véanse Luc. 22:1; Exodo 12:12:3-28. "Esto agradaba a los judíos"; por eso, eran cómplices de Herodes, porque éste fue motivado por el aplauso de aquellos. Los que quieren agradar a los hombres en lugar de agradar a Dios siempre son víctimas de Satanás. A este hombre perverso no le interesaba la justicia, sino que fue movido por la pura conveniencia política. Al ser cruel con la iglesia ganó el favor de los judíos sin ofender a los romanos. Compárese Juan 5:40. Agradaba a los saduceos (4:1,2), y a los que se oponían a los apóstoles ya que comenzaron a evangelizar a los gentiles; Pedro era un blanco especial para los judíos fanatizados porque se atrevió a entrar en la casa de gentiles y a comer con ellos (Hech. 11:3).
Desde luego, los judíos "usaron" (utilizaron) al rey Herodes, como también a los romanos o a cualquiera para llevar a cabo su propósito de extinguir la obra de los apóstoles.
Eran los días de los panes sin levadura, el aniversario de la muerte de Jesús.
¿Qué pensaba Pedro de esto? Seguramente se acordó de las palabras de Jesús en Juan 21:18,19.
12:4 -- Y habiéndole tomado preso, le puso en la cárcel, entregándole a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno, para que le custodiasen; y se proponía sacarle al pueblo después de la pascua. "Dos de ellos estaban dentro con el preso, y dos fuera, en turnos de seis horas cada uno, con dieciséis soldados en total, conforme a la costumbre romana" (ATR). Herodes pensaba "llevarlo ante el pueblo", obviamente para ejecutarlo (Mar. 14:1, 2) después de la pascua porque los judíos creían que era una profanación ejecutar a alguien durante esta fiesta.
¿Por qué tanta seguridad? Sin duda se acordó del evento registrado en 5:21-23; estaba resuelto a que no se repitiera.
Pero todo lo que el rey hizo para evitar que Pedro escapara sirvió para confirmar el milagro hecho por Dios. Compárese la tumba de Jesús (fue una tumba labrada en piedra, una gran piedra fue colocada contra la entrada, fue sellada la tumba y se puso una guardia); normalmente hubiera sido imposible que se quitara su cuerpo de ese sepulcro y, por lo tanto, fue obvio que en verdad resucitó. De esta manera la victoria efectuada por Dios fue más significativa.
Esto nos recuerda de un aspecto del debate público. Si el contrincante que defiende el error es inefectivo como debatista se dice que, "Si hubiera debatido otro más capaz habría ganado." Por esta causa es importante que el defensor del error sea hombre capacitado para evitar esa "salida", porque el hombre más capacitado no puede ganar una victoria sobre la verdad.
"Se proponía sacarle al pueblo después de la pascua", es decir, para juzgarle y matarle. Herodes pensaba congraciarse aun más con el pueblo presentándoles el espectáculo de degollar a Pedro; sabía que ellos se divertirían al ver tal ataque fuerte contra los apóstoles y la iglesia. Sin embargo, aquí está una buena ilustración del dicho común, "El hombre propone pero Dios dispone". Es una buena ilustración de la locura de "proponer" sin tomar en cuenta la voluntad de Dios. Dios permite que el diablo y sus siervos hagan planes grandiosos, pero la ejecución de éstos no es controlada por ellos, sino por El.
12:5 -- Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración (ferviente, LBLA) a Dios por él. ¿Usaba la iglesia oraciones memorizadas? ¿Usaba "vanas repeticiones"? Mas bien, su oración era una verdadera plegaria a Dios.
Los siervos del diablo usaban prisiones, cadenas y armas, pero los siervos de Dios tenían "armamento" más fuerte: la oración. Si Dios nos quiere salvar, todas las fuerzas del diablo no nos pueden destruir. Como dice Prov. 10:25, "Como pasa el torbellino, así el malo no permanece; mas el justo permanece para siempre."
Esta fue otra crisis para la iglesia y en tales circunstancias su arma principal es la oración. Su primer pensamiento debe ser orar fervientemente (ektenes) a Dios. La Versión Valera dice "sin cesar" (Hech. 26:7, "constantemente" o "fielmente", LBLA). Es la misma palabra que se traduce "intensamente" en Luc. 22:44; 1 Ped.. 1:22, literalmente, "fervientemente". La iglesia oraba fervientemente y sin cesar (sin desmayar), porque les parecía que iban a perder a Pedro también. Además, ellos mismos podían ser prendidos y azotados o encarcelados por seguir orando, pero como Daniel perseveraban en la oración.
¿Cuántas veces oramos fervientemente al Señor? Jesús nos enseña que debemos orar sin desmayar y nos enseña cómo debemos orar. Dice este versículo que "la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él"; dice el v. 12, "llegó a la casa de María ... donde muchos estaban reunidos orando"; y luego Pedro dijo (v. 17), " Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos".
¿Qué otra alternativa les quedó? Compárese 4:23-30.
¿Qué pidió? No sabemos, pero ya que Dios había permitido que el enemigo matara a Esteban y a Jacobo, ¿qué esperanza había de que Pedro escapara con vida? Si pidieron que Dios le salvara la vida, ¿oraron con fe? Sant. 1:6. Si pidieron esto y si pidieron con fe, ¿por qué dijeron a Rode, "Estás loca" cuando ésta anunció que Pedro estaba a la puerta? (vers. 13-15).
Posiblemente pedían que la fe de Pedro no fallara (Luc. 22:32) y que muriera como Esteban.
Pablo pidió las oraciones de los hermanos para sí mismo y sus compañeros: 1 Tes. 5:25, "Hermanos, orad por nosotros"; 2 Tes. 3:1, 2, "orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros, y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe"; Efes. 6:18, 19, "orando en todo tiempo ... y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio."
Seguramente la iglesia oró de acuerdo a 21:14, "Hágase la voluntad del Señor."
12:6 -- Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel. ¡Qué imagen más consoladora! Según el plan de Herodes el día siguiente sería el último día para Pedro aquí en la tierra pero él "estaba durmiendo" como un bebé. ¿Podría usted dormir sabiendo que probablemente al día siguiente sería degollado? La vida de Pedro estuvo en gran peligro -- seguramente el plan de Herodes era sacarlo para ejecutarlo -- pero Pedro tenía plena fe y confianza -- como también conciencia limpia -- y simplemente encomendó su alma al Señor y durmió. (Recuérdese Mat. 10:19,20). Tenía la actitud del Salmo 3:5; 4:8 "Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba ... en paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque sólo tú, Jehová, me haces vivir confiado." Como dice Pablo (Rom. 14:8), "Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos". Creo que Pedro tenía esa actitud y confianza.
Dios puede libertar a sus siervos aunque el enemigo haya hecho todo lo posible por destruirlo.
12:7 -- Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos. Los hermanos no podían estar con Pedro para ayudarle, pero los soldados no podían evitar que el ángel entrara para ayudarle. El ángel entró en la cárcel sin problema alguno y sacó a Pedro sin problema alguno. Luz resplandeciente acompaña a los seres celestiales (véanse Luc. 2:9; 24:4; Mar. 9:3). "Tocó", golpear, se traduce "herir" en Mat. 26:51; Luc., 22:49; Hech. 7:24. Parece que Pedro estaba bien dormido.
¿Qué fue la reacción de los soldados? Lucas no dice. Compárese Mat. 28:4.
Dios interviene en varias formas: en esta ocasión un ángel aparece en medio de una luz resplandeciente, y "cadenas se le cayeron de las manos ... la puerta de hierro ... se les abrió por sí misma." Compárese 16:26, Dios envía un terremoto el cual abre las puertas de la cárcel.
Herodes había desafiado al Dios vivo y ahora ve lo fútil de ello.
12:8 -- Le dijo el ángel: Cíñete, y átate las sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme. Pedro había de llevar la ropa, las sandalias -- todo lo que poseía -- y salir de la cárcel, sin dejar nada en manos de los soldados, porque su salida no era la de un criminal. Con toda dignidad salió de ese lugar. Como dijo Moisés a Faraón: "no quedará ni una pezuña" (Ex. 10:26). Esto nos hace ver que Satanás no puede tocar ni un cabello ni un hilo de la ropa, ni la correa de los zapatos sin el permiso de Dios. Cuando los soldados buscaron a Pedro, no podían encontrar indicio alguno de que hubiera estado en su poder.
12:9 -- Y saliendo, le seguía; pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía una visión. Pedro creyó que "veía una visión" como en Hech. 10:10 (un "éxtasis"). Como dice el Salmo 126:1, "Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, seremos como los que sueñan". Lucas hace una distinción clara aquí entre una visión y la realidad. Tal vez era difícil para Pedro creer que podía escapar a la muerte, porque a Esteban y Jacobo ya se les había dado muerte; entonces ¿qué podía evitar la muerte de Pedro?
12:10 -- Habiendo pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma; y salidos, pasaron una calle, y luego el ángel se apartó de él. -- Como dice Isa. 45:2, "Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos". En este caso Dios no quebró la puerta de hierro pero hizo que se abriera sola. Tal vez algo como expresado en Luc. 24:16 ocurrió con los soldados ("mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen").
La puerta de hierro era muy grande y pesada. Compárese la gran piedra rodada contra el sepulcro de Jesús; las mujeres preguntaron, "¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro? Pero cuando miraron, vieron removida la piedra, que era muy grande" (Mar. 16:3,4). ¿Es difícil para Dios remover grandes piedras y abrir grandes puertas de hierro? De la misma manera Dios puede vencer todo obstáculo en nuestra vida para que seamos fieles y para que hagamos la obra de El. A veces creemos que nuestros problemas son insuperables. ¡Recordemos esta "puerta de hierro" que "se abrió por sí misma"! El mismo Pedro llama nuestra salvación un "rescate" (1 Ped. 1:18,19; véase también Luc. 4:18).
Lucas usa la palabra automate, se abrió automáticamente como las puertas de los supermercados modernos. (Si el hombre puede abrir puertas automáticamente, ¿debemos creer que Dios no lo puede hacer?)
La guardia no vio nada, no oyó nada, no sabía nada de lo que estaba pasando.
12:11 -- Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba. Al volver en sí entendió que lo que pasó no fue una visión sino una realidad, y con sus primeras palabras da la gloria a Dios. Pedro no estaba inconsciente, pero creía que había visto una visión. Ahora se da cuenta que el tiempo no había llegado en que "te ceñirá otro" (Juan 21:18); todavía no había llegado el tiempo para su martirio. Dice el ver. 9, "no sabía que era verdad"; dice el ver. 11, "Ahora entiendo" ("sé en verdad").
Pedro escapó "de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba". ¿Su muerte?
12:12 -- Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando. ¡Qué cambio de ambiente! Sale de la presencia de soldados en la cárcel que estaban a punto de matarlo y se encuentra con amados hermanos que tanto le amaban.
Vemos en Hech. 2:45; 4:34 que muchos hermanos vendieron sus casas para ayudar a los hermanos necesitados, pero esta hermana todavía tenía una casa y en lugar de reprochárselo se reunieron allí para orar por Pedro. Véanse también 21:8, 9; Filemón 2, etc. También es importante observar que todavía había iglesia en Jerusalén (8:4 no dice que todos salieron).
"Juan" Marcos se llama el "hijo" (converso o discípulo) de Pedro (1 Ped. 5:13; compárese 1 Tim. 1:2). Hech. 12:25 dice que este hermano acompañó a Pablo y Bernabé en su viaje para predicar, pero Hech. 13:13 dice, "Juan, apartándose de ellos, volvió a Jerusalén"; 15:37-39 explica el desacuerdo de Pablo y Bernabé acerca de este hermano); años después Pablo escribió a los colosenses (4:10), diciendo que "Marcos el sobrino (primo, LBLA) de Bernabé, acerca del cual habéis recibido mandamientos; si fuere a vosotros, recibidle"; y, por último, dice Pablo a Timoteo (2 Tim. 4:11), "Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio".
"Muchos estaban reunidos orando". El ángel tuvo que despertar a Pedro pero estos hermanos estaban muy despiertos orando fervientemente a Dios. Sant. 5:16 dice que "La oración eficaz del justo puede lograr mucho"; si esto es cierto -- y nadie lo negará -- entonces ¿qué diremos de la oración eficaz de una congregación de justos?
12:13-14 -- Cuando llamó Pedro a la puerta del patio, salió a escuchar una muchacha llamada Rode, 12:14 la cual, cuando reconoció la voz de Pedro, de gozo no abrió la puerta, sino que corriendo adentro, dio la nueva de que Pedro estaba a la puerta. ¡Qué bueno que Lucas nos haya dado el nombre de esta sirvienta! Su parte en ese evento fue muy significativa. ¿Quién llamaría a la puerta a esa hora? ¿No había peligro de que soldados llegaran para prender a otros cristianos? Creo que podemos concluir que esta sirvienta ("Rode", en español, Rosa) demostró valor al acercarse a la puerta. Reconoció la voz de Pedro. Sin duda él estaba frecuentemente en esa casa. Debido a la emoción del momento ella no abre la puerta, sino que corre y anuncia que Pedro estaba a la puerta. Sería imposible describir el gozo de esta muchacha. La reacción de ella nos recuerda que estamos leyendo acerca de gente ordinaria, gente como nosotros. Recuérdese Sant. 5:17, "Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras", porque en un momento dado manifestó mucha fe y gran valentía y en otro se vio temeroso y desanimado, aun desesperado.
12:15 -- Y ellos le dijeron: Estás loca. Pero ella aseguraba que así era. Entonces ellos decían: ¡Es su ángel! "Estás loca". ¿Solamente oraban estos hermanos que la fe de Pedro no fallara? ¿No oraban también por la vida de Pedro? Es muy probable que sí, pero les parecía increíble que Dios lo efectuara de esa manera. Rode no fue intimidada por los demás; sabía lo que sabía y "aseguraba que así era".
Es interesante observar que estos hermanos se demoraban discutiendo la identidad de Pedro mientras que éste continuaba llamando.
"Es su ángel". ¿Por qué dijeron eso? ¿Creían que Pedro ya se había muerto? ¿En qué se basa el concepto de que cada persona tenía su propio ángel de la guarda? Se debe distinguir entre lo que Jesús enseña (o lo que el Espíritu Santo reveló) y lo que la gente creía. Los judíos creían que cada persona tenía su "ángel guardián" (basándose, por ejemplo, en Gén. 48:16) y mucha gente lo cree ahora, pero los textos del Nuevo Testamento que hablan de ángeles no confirman esa creencia. Véanse Mat. 18:10, "Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos"; Heb. 1:14, "¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?"
Compárese también, Mat. 14:26: "viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Es un fantasma!" También Luc. 24:37, al ver a Jesús resucitado, "espantados y atemorizados, pensaban que veían un espíritu".
12:16 -- Mas Pedro persistía en llamar; y cuando abrieron y le vieron, se quedaron atónitos. La puerta de hierro se les abrió por sí misma, pero era más difícil abrir la puerta de la casa de María. Rode tuvo razón y los demás estuvieron equivocados. Al ver a Pedro se asombraron; lo increíble era una realidad. Por fin dejaron de discutir y abrieron la puerta.
12:17 -- Pero él, haciéndoles con la mano señal de que callasen, les contó cómo el Señor le había sacado de la cárcel. -- ¡Imagínese la expresión de gozo y de sorpresa de este grupo tan ruidoso! Ahora les convenía seguir orando, dando gracias al Señor.
-- Y dijo: Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y salió, y se fue a otro lugar. -- Para acabar con sus temores y para que ellos también dieran gracias al Señor. ¿Cómo fue posible si a Jacobo lo mataron? (12:2). No se refiere al hermano de Juan, sino al hermano de Jesús. Durante el ministerio personal de Jesús sus hermanos no creían en El (Jn. 7:5) y aun creían que El estaba fuera de sí (Mar. 3:21), pero Hech. 1:14 dice que éstos estuvieron con María y los hermanos esperando el día de Pentecostés. Hech. 15:13; Gál. 1:19; 2:9 hablan de las actividades de este Jacobo en la iglesia de Jerusalén. Se consideraba como "columna" de la iglesia.
Pedro fue a "otro lugar." No importa el lugar. Pero no hay evidencia alguna de que hubiera ido a Roma como supone el clero romano. Lucas escribe este libro para explicar cómo el evangelio fue predicado desde Jerusalén hasta Roma y, según él, Pablo fue el primer apóstol que llegó a Roma (y él llegó como prisionero). Sería en extremo absurdo afirmar que Pedro ya había llegado allá y que, siendo el Papa de la iglesia universal, Lucas no lo considerara digno de mencionarse en este relato. Además, cuando Pablo escribió a la iglesia en Roma saludó a muchos hermanos; si Pedro hubiera estado en Roma, es increíble que Pablo no le hubiera saludado. Pedro no era ni siquiera uno de los hermanos de Roma, mucho menos el Papa de la iglesia.
12:18-19 -- Luego que fue de día, hubo no poco alboroto entre los soldados sobre qué había sido de Pedro. Mas Herodes, habiéndole buscado sin hallarle, después de interrogar a los guardas, ordenó llevarlos a la muerte. ¡Imagínese la sorpresa y el temor de los soldados! Sería difícil saber quiénes estaban más movidos, los hermanos o los soldados (pero por distintas razones). Mientras que los cristianos gozaban de un triunfo grande, los enemigos caían en una confusión horrible. La noche anterior estaban confiados sabiendo que no podían hacer más para evitar que Pedro escapara de la cárcel, pero ahora, ¿dónde está? Los guardias tenían que dar cuenta de su preso (compárese Hech. 16:27; 27:42). Herodes interrogó a los soldados. ¿Qué les preguntó? ¿si le abrieron la puerta a Pedro? ¿si le prestaron las llaves? La "interrogación" era simplemente una sentencia. ¡Qué lástima que el caso de estos guardias no fue como el del carcelero de Filipos! (Hech. 16:30-34).
Herodes tendría que reconocer que se hizo un milagro o, de otro modo, tendría que matar a los soldados, porque los soldados que dejaban escapar a los presos tenían que pagar con sus propias vidas. Escogió esta última opción en lugar de admitir que Dios había hecho un milagro. Obsérvese bien otra vez que los milagros no siempre convencen a la gente (recuérdense Juan 12:10,11 y Mat. 28:11-15). Hay muchos hombres que rehúsan creer porque no aman la verdad (2 Tes. 2:10-12). Es imposible ayudar a los tales.
Sin embargo, no hay nada que indique que Herodes buscara a Pedro. Compárese lo que pasa hoy en día cuando algún preso escapa de la cárcel. Compárese Hech. 5: 25, 26, 40-42.
¿Qué pasó con "todo lo que el pueblo de los judíos esperaban"? Ver. 11.
-- Después descendió de Judea a Cesarea y se quedó allí. -- ¿Salió Herodes de Judea mortificado por el escape de Pedro?
12:20 -- Y Herodes estaba enojado contra los de Tiro y de Sidón; pero ellos vinieron de acuerdo ante él, y sobornado Blasto, que era camarero mayor del rey, pedían paz, porque su territorio era abastecido por el del rey. -- Lucas no explica cómo los de Tiro y de Sidón habían ofendido al rey, pero dice que estaba enojado contra ellos.
12:21, 22 -- Y un día señalado, Herodes, vestido de ropas reales, se sentó en el tribunal y les arengó. Y el pueblo aclamaba gritando: ¡Voz de Dios, y no de hombre! -- Usaban palabras lisonjeras para ganar el favor del rey, debido, tal vez, a sus necesidades económicas.
12:23 -- Al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a Dios; y expiró comido de gusanos. -- Aceptamos este relato de Lucas como revelación de Dios que no necesita confirmación, pero Josefo, el historiador judío, escribió de esa misma ocasión y de la muerte de Herodes. "Su relato difiere, en algunos detalles, del de Lucas, pero, en el fondo, ambos escritores están de acuerdo. El historiador judío coloca la escena en pleno teatro, donde se celebraban juegos en honor del emperador, en presencia de una multitud inmensa. Herodes apareció, cubierto de un manto real cuyos bordados de plata centelleaban a los rayos del sol. Cuando el pueblo le tributó los honores divinos, Josefo, indignado, hace esta reflexión: 'El rey no los reprendió, y no rechazó de sí esa impía adulación'. Según este historiador, Herodes, en el mismo instante, se sintió atacado de una enfermedad misteriosa, que le desgarraba las entrañas, y fue llevado a su palacio, donde murió algunos días después" (Bonnet).
-- un ángel del Señor le hirió -- Esta palabra es la misma que Lucas usa en el ver. 7, "un ángel del Señor ... tocando a Pedro". Se usa el mismo verbo pero con dos resultados diferentes: en el caso de Pedro fue una bendición pero en el caso de Herodes fue un juicio horrible. "Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor" (Rom. 12:19; Deut. 32:43; Luc. 18:7).
El caso de Herodes bien ilustra los textos que hablan de orgullo y soberbia: Prov. 16:18; Isa. 28:1; Mat. 28:13.
12:24 -- Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba. -- El perseguidor murió y la palabra del Señor crecía. Al terminar el relato de la persecución dirigida por Herodes, Lucas vuelve a relatar el progreso del evangelio. Esta frase equivale a la de 6:7 (véase también 9:31). Las fuerzas de Satanás (la persecución, la incredulidad, etc.) no pueden destruir la obra de Cristo. Por el contrario la oposición contra la iglesia la unifica y le da más fuerza. Lo que destruye la iglesia son los problemas internos: por ej., la infidelidad y carnalidad de los miembros, la división, los falsos maestros, etc.
12:25 -- Y Bernabé y Saulo, cumplido su servicio, -- 11:27-30.
-- volvieron de Jerusalén, -- Volvieron de Jerusalén después de terminar la obra de repartir la ayuda entre los hermanos de Judea. Véase notas sobre 11:27-30. El argumento de hermanos liberales de que Bernabé y Saulo no llevaron la ayuda de Antioquía a las iglesias de Judea, sino que solamente llegaron a Jerusalén y que la iglesia de Jerusalén era la primera "iglesia patrocinadora" contradice lo que Lucas dice (11:29, 30).
-- llevando también consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos. -- "Y considerado esto, llegó (Pedro) a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos" (12:12). Pedro le llama "Marcos, mi hijo" (1 Ped. 5:13). Es el autor del "Evangelio según Marcos". Es mencionado en varios textos (13:5, 13; 15:37-39; Col. 4:10; Filem. 24; 2 Tim. 4:11).