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!!BIENBENIDOS!!!

El Ministerio Cristiano Israel nace en el corazón de Dios hace algun tiempo despertando una necesidad tremenda en el estudio de la palabra, con mis comienzos en el estudio de la palabra a los 18 años de edad. Desde entonces he tenido un vivo deceo de llevar la palabra de Dios a las naciones.

Hoy quiero invitarte a conocer profundamente el mensaje de nuestro Señor a las naciones como así también profundizar tus conocimientos sobre su vida, persona, poder, magnificencia, reino, Amor, fidelidad, misericordia, etc... Aquí podrás conocer la historia de Israel en sus comienzos en el A.T como también en el N.T el proceso del nuevo pacto que nos permitio acceder a sus promesas.

Espero que sea una fuente rica para el conocimiento verdadero de sus verdad.

"EL TEMOR DEL SEÑOR ES EL PRINCIPIO DEL CONOCIMIENTO; LOS NECIOS DESPRESIAN LA SABIDURIA Y LA DISCIPLINA". PROVERVIOS CAP 1:7.

Gálatas 5:16-26

Gálatas 5:16-26
5:16 -- Digo, pues: Andad -- conducta habitual, Rom. 6:4; 8:4; 1 Cor. 3:3; Fil. 3:18.
-- en (por, LBLA) el Espíritu, -- por la regla (6:16) o la enseñanza del Espíritu.
-- y no satisfagáis los deseos (no cumpliréis el deseo, LBLA) de la carne. -- La traducción de La Biblia de las Américas es correcta aquí; Pablo dice que si andamos por el Espíritu no cumpliremos los deseos malos. La palabra deseos (epithumian) se usa en sentido bueno en Luc. 22:15; Fil. 1:23; y 1 Tes. 2:17, etc., pero la expresión "deseos de la carne" se refiere a deseos malos en Ef. 2:3; 1 Ped. 2:11; 2 Ped. 2:18; 1 Jn. 2:16. Estos textos no se refieren a los deseos inocentes (normales) del hombre.
Algunos filósofos griegos explicaron este conflicto diciendo que el cuerpo es malo, que es la cárcel del alma, que el alma está corrompida por el cuerpo, etc., pero véanse Rom. 12:1; 1 Cor. 6:19. De tal filosofía falsa vino la doctrina del pecado original y de la depravación hereditaria total del hombre. El calvinismo enseña que la carne es "la naturaleza corrupta" o "la naturaleza pecaminosa". Muchos religiosos enseñan la "depravación hereditaria total" del hombre, es decir, que nace totalmente depravado, y que no puede creer en Dios ni amar a Dios hasta que el Espíritu Santo lo mueva. Se enseña que el hombre peca porque tiene que pecar (peca porque es hombre). Se enseña esta teología torcida porque los hombres quieren evitar la responsabilidad por sus pecados. Si el hombre nace pecador, ¿de quién será la culpa? Desde luego, el hombre no tiene la culpa porque no escogió nacer, mucho menos nacer pecador. No lo quieren admitir pero los proponentes de la teoría del pecado original y la depravación hereditaria total del hombre (que el hombre nace con naturaleza corrupta) en realidad están culpando a Dios, porque El es el Padre de nuestros espíritus (Heb. 12:9).
Los deseos de la carne son simplemente los deseos del corazón malo. La palabra corazón se usa en la Biblia muchísimas veces para hablar del intelecto, la voluntad, las emociones y la conciencia. Pablo habla de "las concupiscencias (deseos malos) de sus corazones" (Rom. 1:24) y luego hace una lista aun más larga de pecados como los de Gál. 5:19-21. Los deseos de la carne son, pues, los deseos del corazón malo. También dice que "su necio corazón fue entenebrecido" (Rom. 1:21). Entonces (2:5) habla del "corazón no arrepentido". Al hablar de tales pecados en Efes. 4:18 se refiere a "la dureza de su corazón". Jesús dice, "Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez" (Mar. 7:21, 22). ¡Los "deseos de la carne" son, pues, los deseos del corazón malo!
En lugar de traducir la palabra griega sarx como carne, algunas versiones la traducen "la naturaleza pecaminosa", pero no son consecuentes. Por ejemplo, la palabra sarx aparece diez veces en Efesios, pero la New International Version la traduce "naturaleza pecaminosa" solamente en Efes. 2:3; la palabra aparece nueve veces en Colosenses, pero la traduce "naturaleza pecaminosa" solamente en Col. 2:11, 13. Es decir, la traducen así cuando les conviene para apoyar su doctrina falsa de la depravación hereditaria total del hombre.
Pero ¿qué dice la Biblia? Ezeq. 18:20 enfáticamente enseña que "El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre". Jesús dice (Mat. 18:2-4) que tenemos que ser como niños para heredar el reino de los cielos; por eso, los niños no son pecadores. En la parábola del sembrador hay cuatro clases de tierra (cuatro clases de corazón) y ninguna de las cuatro es depravada. Una de las cuatro es tierra buena (Luc. 8:15).
La verdad es que el hombre no nace con naturaleza corrupta (Ezeq. 18:20; Mat. 18:3; Luc. 18:16). El hombre es responsable por sus pensamientos y sus hechos y puede controlarlos. Tiene malos pensamientos porque quiere tenerlos y hace maldades porque quiere hacer maldades. La Biblia condena los malos pensamientos y los malos deseos. El que mira a una mujer para codiciarla ya adulteró con ella en su corazón (Mat. 5:28); el que aborrece a su hermano ya es homicida (1 Jn. 3:15); el avaro es idólatra (Col. 3:5). Por lo tanto, Pablo dice, "Andad por el Espíritu y no cumpliréis el deseo de la carne", porque los deseos de la carne no caracterizan la "nueva criatura en Cristo" sino el viejo hombre (Rom. 6:6; Efes. 4:22-32; Col. 3:5-14, etc.).
5:17 -- Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. -- Hay conflicto fuerte entre estas dos fuerzas. Esto sucede cuando hay doble ánimo (Sant. 1:8; 4:8). Son como los israelitas que dejaron su corazón en Egipto (Núm. 11:5, 6; 14:4).
Este conflicto se analiza en Romanos 8. "Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu ... Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz", Rom. 8:1, 5-6 (léase hasta el ver. 14).
Es importante enfatizar que el vocablo carne no se limita al cuerpo porque Pablo dice que las obras de la carne incluyen enemistades, celos, iras, etc. (vers. 19-21).
¿Qué hacer, pues, con la carne? "No proveáis para los deseos de la carne" (Rom. 13:14); "Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: ... pasiones desordenadas, malos deseos ..." (Col. 3:5); "renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos" (Tito 2:12); "que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma" (1 Ped. 2:11). Estos textos equivalen a Sant. 4:8, "purificad vuestros corazones". Dicen lo mismo que Efes. 4:31, "Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia".
Es importante que se enfatice que estos textos se dirigen a los discípulos de Cristo (los santos). Pablo dice, "Quítense de vosotros ... "; Santiago dice, "Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón ... "; Dice Pedro, "que os abstengáis ... ".
Pero, sobre todo, recordemos lo que Pablo dice aquí en Gál. 5:16, "Andad en el Espíritu y no cumpliréis (no satisfaréis) el deseo de la carne". "Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad" (Fil. 4:8). Si la mente está ocupada en estas cosas buenas no caben pensamientos carnales. ¡Este es el remedio eficaz!
5:18 -- Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. -- En esta carta hay contraste entre el Espíritu y la ley (3:2-6; 5:4, 5, 18); entre la fe (el evangelio) y la ley (3:23-24); entre la esclavitud y la libertad (4:21-31); y entre la carne y el Espíritu (5:16, 17). "Bajo la ley" significa esclavitud y derrota porque la ley no podía salvar (3:11-13; 21-23, 25; 4:3, 24, 25; 5:1), y "guiados por el Espíritu" significa vivir de acuerdo al evangelio (ver. 5), porque "donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad" (2 Cor. 3:17), es decir, donde está el evangelio revelado por el Espíritu allí hay libertad; en este texto Pablo contrasta al evangelio a la letra, la ley de Moisés. Los que son guiados por el Espíritu (Rom. 8:14) son los que andan por el Espíritu (ver. 16). A éstos Cristo "hizo libres" (ver. 1). Estos pertenecen a Cristo (3:29), son de la fe (3:9). Es decir, todos los hijos de Dios son guiados por el Espíritu.
Pero ¿no implica Pablo en los ver. 13-17 que en las iglesias de Galacia había mucha carnalidad? Sí, pero en esta misma carta el Espíritu Santo está corrigiéndoles y llamándoles al arrepentimiento. No hemos de suponer que la condición descrita en esta carta haya sido la condición permanente de esas iglesias (recuérdese el optimismo de Pablo, 5:10).
El Espíritu Santo no nos guía por medio de los impulsos e imaginaciones del corazón nuestro sino por su palabra que fue escrita por los apóstoles y otros hombres inspirados. Cuando la Biblia dice que el Espíritu mora en nosotros (Rom. 8:9, etc.) esto no significa que El nos guía en alguna manera intuitiva o misteriosa que no se puede explicar. Como el pecado mora en el pecador (Rom. 7:17), es decir, el pecado tiene control de su vida, así también el Espíritu controla la vida nuestra y lo hace por medio de su enseñanza revelada en el Nuevo Testamento.
La palabra andar (ver. 16) indica la responsabilidad del hombre. El Espíritu guía y nosotros andamos. El ciego fue traído (guiado) a Jesús pero no fue llevado sino que él mismo tuvo que caminar (Luc. 18:40). El Espíritu nos guarda en el camino pero nosotros mismos tenemos que caminar -- paso por paso -- hasta llegar al destino.
5:19 -- Y manifiestas son las obras de la carne, -- Nadie tiene que dudar acerca del significado de la palabra carne, porque sus obras son obvias.
Gál. 5:19-21 es paralelo con Mar. 7:21. Las obras de la carne son las obras de un corazón impuro, no arrepentido (Rom. 2:5), endurecido (Heb. 3:8), de mala conciencia (Heb. 10:22). Estas obras vienen del mal tesoro del corazón (Mat. 12:35). Repito: no se trata de una supuesta naturaleza pecaminosa heredada de Adán sobre la cual el hombre no tiene control, sino del corazón malo que el hombre puede controlar y que debe purificar (Mat. 5:8; Sant. 4:8).
-- que son adulterio, -- moicheia, relación ilegítima con la esposa de otro. Pero en Rom. 13:9 y otros textos se refiere al pecado sexual en general. Este pecado no solamente destruye al que es culpable del acto sino también el hogar, la familia, la vida de los cónyuges y sus hijos. Al destruir la familia también destruye la sociedad, porque la familia es el fundamento de la sociedad. Por eso, Jesús atacó este pecado aun en el corazón antes de que físicamente se cometiera ("cualquiera que mira a una mujer para codiciarla ya adulteró con ella en su corazón" Mat. 5:28).
Algunos hermanos liberales (mayormente hermanos de California, Estados Unidos), enseñan que el adulterio de Mat. 5:32; 19:9 no es sexual sino que consiste en repudiar al cónyuge y volverse a casar. Dicen esto para justificar a los que están mal en segundas nupcias; es decir, según ellos, los que se hayan divorciado de sus cónyuges y se hayan vuelto a casar solamente deberían arrepentirse de estos dos actos y entonces pueden -- con la aprobación de Dios -- continuar viviendo como esposos. Desde luego, esta "definición" de la palabra "adulterio" no se encuentra en ningún léxico griego ni en ningún diccionario de palabras bíblicas, sino que es una invención de conveniencia de falsos maestros con el propósito de justificar y legalizar el adulterio.
Muchos santos cometen el adulterio mencionado por Jesús en Mat. 5:32; 19:9, pues se divorcian no por fornicación y vuelven a casarse. Suponen que por haber conseguido licencia y por estar bien ante el gobierno y ante el pueblo (aun ante miembros de la iglesia), están bien ante los ojos de Dios, pero Jesús dice que "el que repudia a su mujer salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera". Muchísimas personas que nunca cometerían adulterio a escondidas lo hacen abiertamente porque lo han legalizado. El gobierno los aprueba, la sociedad los aprueba y muchas iglesias de Cristo los aprueban, pero Jesús dice que cometen adulterio.
-- fornicación, -- porneia. Algunos enseñan que esta palabra se refiere al pecado sexual cometido por solteros, pero en la Biblia se refiere a toda relación sexual ilícita. Incluye el adulterio (Mat. 5:32; 19:9); el incesto (1 Cor. 5:1); y la homosexualidad (Judas 7).
En las escuelas públicas de Estados Unidos desde los primeros años los niños son enseñados que los homosexuales son gente normal y aceptable, que así nacieron (es cuestión de los genes) y no se permite que se critiquen.
El promotor más dinámico, más fuerte y más exitoso de la fornicación en general es la televisión. Este medio de comunicación efectivamente promueve toda clase de fornicación (incluyendo el incesto y homosexualidad) y la gente queda convencida de que debería aceptarla como conducta normal y aceptable. Muchas iglesias ya reciben a los homosexuales y estos tienen sus propias iglesias; sin duda en poco tiempo habrá "Iglesias de Cristo" que los reciban (tal vez ya los reciban). La televisión está lavando los cerebros de muchos miembros de la iglesia, y poco a poco van a seguir a los demás y callar su oposición hacia la homosexualidad. Así es que, cada día que pasa, Satanás está logrando su propósito. ¿Cómo presenta la televisión a los que se oponen a la fornicación? Como ignorantes y extremistas. Hay cada vez menos crítica de homosexuales. Cuando alguno se opone a la homosexualidad se grita "homofobia" para callar la oposición. Sólo Dios sabe hasta cuándo lo tolerará. De una cosa estamos seguros: sigue siendo abominable ante sus ojos.
A pesar de lo abominable de la fornicación ante los ojos de Dios, ¿cuántas horas pasan los hermanos en Cristo viendo la fornicación (adulterio, homosexualidad, incesto) en la televisión? Les gusta alimentar su alma con la putrefacción de las novelas y otros programas. No hay nada que promueva la fornicación como lo hace la televisión, pero en muchísimos hogares de los santos la televisión se prende cuando la primera persona se levanta y se apaga cuando la última persona se acuesta. Al igual que los inconversos están adictos al vicio de televisión como el borracho está adicto al alcohol.
¿Cómo se evita la fornicación? "Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca" (1 Cor. 6:18). Evítese la mala compañía (1 Cor. 15:33). Evítense los libros, revistas, películas, etcétera, que propagan la fornicación. "A causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido" (1 Cor. 7:2). Dios "dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar" (1 Cor. 10:12). ¿Cuál es? El matrimonio es la salida de la tentación de fornicar. "La voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa (skeuos, vaso, LBLA, margen, cuerpo) en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia" (1 Tes. 4:3-5, la palabra skeuos se refiere al cuerpo, Hech. 9:15; 2 Cor. 4:7; 2 Tim. 2:21; aun en 1 Ped. 3:7 donde se aplica a la mujer se refiere al cuerpo, que el cuerpo del hombre es más fuerte que el de la mujer).
-- inmundicia (impureza, LBLA) -- akatharsia, suciedad, (Rom. 1:24; 2 Cor. 12:21; Ef. 4:19; 1 Tes. 2:3, impureza; Ef. 5:3; Col. 3:5). La inmundicia está asociada con adulterio y fornicación e incluye la impureza de corazón que lleva a estos pecados. "Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios" (Mat. 5:8). Recuérdese que Levítico habla mucho de los inmundos que estaban separados de Dios, que no podían acercarse a El en su impureza.
-- lascivia, -- aselgeia, exceso, licencia, ausencia de freno, sin dominio propio, indecencia, disolución; Rom. 13:13; 2 Cor. 12:21. A los que practican la lascivia no les importa lo que otros piensen. Son totalmente indiferentes hacia la opinión pública. La decencia no les interesa. Son insolentes y abusivos y no respetan a nadie. No consideran los derechos ni los deseos de otros. Son totalmente indisciplinados y desenfrenados. Son víctimas de sus pasiones, emociones y sentimientos. "Los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza" (Efes. 4:19). Dan rienda suelta a las pasiones y practican las cosas más vergonzosas. "¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se han avergonzado, ni aun saben tener vergüenza (ni aún han sabido ruborizarse, LBLA); por tanto, caerán entre los que caigan; cuando los castigue caerán, dice Jehová" (Jer. 6:15). Este texto bien describe muchísimas personas hoy en día; por ejemplo, mujeres que llevan ropa deshonesta (traje de baño, minifalda, blusa transparente, shorts, ropa muy ajustada al cuerpo) y no saben ruborizarse.
Según el léxico griego de Grimm-Thayer, la palabra describe movimientos indecentes del cuerpo (como se observan en el baile) como también el manosear de cuerpos de hombres y mujeres. Sale por televisión en un canal cable de Estados Unidos un programa que se identifica con las letras MTV que presenta música y actuación de la más vil y corrupta. Este programa -- como la mayoría de los programas de televisión -- se origina en el pozo negro.
5:20 -- idolatría, -- 1 Jn. 5:21, "Hijitos, guardaos de los ídolos". Los cristianos del primer siglo tenían que aprender a abstenerse de las contaminaciones de ídolos (Hech. 15:20, 28; 1 Cor. 8:12; 10:20-21; 2 Cor. 6:14-7:1). Un problema grande para el cristiano del primer siglo era el requisito de que todos adoraran la imagen del emperador. Esta práctica comenzó como expresión de gratitud al emperador por la seguridad, la justicia y el buen orden del imperio. La consecuencia de no adorar la estatua del emperador era grave porque esto afectó su empleo y negocios. Para vender y comprar tenían que dar muestra de su servicio al emperador. Este tema se trata extensamente en el Apocalipsis. Pero, cueste lo que cueste, como Jesús nos dice, "Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás" (Mat. 4:10).
Recuérdese también que la avaricia es idolatría (Col. 3:5; Mat. 6:24; 1 Tim. 6:9-10).
-- hechicerías, -- pharmakía. Brujería. "En la hechicería, la utilización de drogas, tanto si eran sencillas como si eran potentes, iba generalmente acompañada de encantamientos e invocaciones a poderes ocultos, de la aplicación de diversos amuletos, etc., todo ello con la pretensión de proteger al paciente de la atención y del poder de los demonios, pero en realidad para impresionar al paciente con los misteriosos recursos y poderes del hechicero" (Vine). Pero la hechicería no se usa solamente para la protección del enemigo, sino para perjudicarlo. Simón el Mago (Hech. 8:9, 11) y Bar-jesús (13:6, 8) practicaban la hechicería. En Efeso los que practicaban "artes mágicas" quemaron sus libros (19:13, 19).
Muchos no consultan a Dios y no confían en Dios porque tienen su confianza en las estrellas. No les preocupa la providencia de Dios porque creen que su suerte está en el horóscopo.
-- enemistades, -- echthra. -- Esta obra de la carne es lo opuesto del amor (5:22). Dice Pablo en Rom. 8:7, "Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios". Obviamente había enemistades entre los judaizantes y otros hermanos. Pablo dijo, "Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros" (ver. 15).
Había enemistades entre judíos y samaritanos (Juan 4:9; Luc. 9:54), pero al obedecer los samaritanos (Hech. 8:12) habían de recibirse como hermanos amados.
En Ef. 2:14, 15 Pablo habla de la abolición de la ley de Moisés para quitar las enemistades causadas por ella. Esa pared fue necesaria durante el período de tiempo en que estuvo en vigor la ley de Moisés. La nación de Israel fue escogida por Dios para ser su pueblo especial, para que a través de esta nación pudiera venir el Mesías, el Salvador del mundo. Fue necesario que Israel se quedara muy apartada de las otras naciones. Por lo tanto, se les dio una tierra especial, una ley especial, y costumbres especiales y peculiares. En Ester 3:8 leemos, "Y dijo Amán al rey Asuero: Hay un pueblo esparcido y distribuido entre los pueblos en todas las provincias de tu reino, y sus leyes son diferentes de las de todo pueblo, y no guardan las leyes del rey". Muchas leyes fueron diseñadas para hacerles una nación distinta y separada de las demás naciones; por ejemplo, los israelitas no podían comer la misma comida que las demás naciones comían. También se les prohibió casarse con los cananeos. Tenían que guardar el día séptimo como día consagrado a Dios. Esta y muchas otras leyes les hicieron muy diferentes y distintos a los demás. Estas leyes formaron una pared de separación entre los judíos y los gentiles y también causaron enemistades entre ellos.
Pero Pedro se dio cuenta de que a los gentiles ya no era correcto llamarles inmundos. Cuando fue a la casa de Cornelio, el Señor le dijo en el éxtasis, "Lo que Dios limpió, no lo llames tú común" (Hech. 10:15). El dijo a Cornelio y a los demás, "Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo" (Hech. 10:28). Cristo quitó, pues, esa ley que hizo separación entre judíos y gentiles, y al hacerlo abolió las enemistades. No lo hizo meramente por medio de sus enseñanzas, sino "en su carne", es decir, en la cruz.
Pero lamentablemente en la actualidad todavía existe -- aun en la iglesia del Señor -- la cortina de hierro entre los de distintos colores, razas, niveles económicos, etc. La solución de Pablo para este problema se encuentra en 3:28, "Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús" (3:28). Se puede agregar que en Cristo tampoco hay diversos colores, razas, etcétera.
-- pleitos, -- eris. Pleitos, aquí y en 1 Tim. 6:4; contenciones, Tito 3:9. Contiendas (rivalidad, riña, discordia) como en la iglesia en Corinto, 1 Cor. 1:11; 3:3; 2 Cor. 12:20; "contiendas", Rom. 1:29; 13:13. Esta palabra bien describe el mundo de relaciones malas, lo opuesto de la unidad y comunión. Por eso, el que se convierte en cristiano deja esta obra de la carne para poder establecer una relación buena con hermanos y tener comunión no interrumpida con ellos. Es importante recordar que el uso de esta palabra en varios textos ¡tiene que ver con la conducta de los santos! Eris dividió la iglesia de Corinto. Eris es el enemigo de la comunión entre hermanos.
-- celos, -- zelos. Se usa en sentido bueno en varios textos: Rom. 10:2; Fil. 3:6; 2 Cor. 7:7, 11; 9:2; 11:2. En estos textos no se puede decir que zelos es obra de la carne; en 2 Cor. 7:7, 11; 9:2; 11:2 es el fruto del Espíritu. Pero se usa en sentido malo en Rom. 13:13; 1 Cor. 3:3; y 2 Cor. 12:20. Seguramente en estos textos es obra de la carne.
-- iras (enojos, LBLA), -- thumos, arrebatos (VHA); explosiones de ira (Ver. Valera, 1990). "Emociones agitadas y luego estallidos" (ATR). Furor, estar muy encolerizado. Rom. 2:9; 2 Cor. 12:20; Ef. 4:31; Col. 3:8. Thumos comúnmente es de poca duración. Hay explosión de ira expresada en palabras y acciones violentas y pronto muere pero en ese lapso de tiempo hace mucho daño. Deja heridas físicas o emocionales que duran por mucho tiempo. Aparentemente mucha gente no toma en serio el temperamento o genio explosivo. Dicen "así soy" o "así es", como si fuera una condición normal y algo más allá de su control, pero aquí está entre las obras de la carne que evitan que los culpables hereden el reino de Dios (ver. 21). En realidad tales explosiones de ira demuestran la falta de amor y la falta de paciencia. Por eso, es necesario crucificar esta pasión (ver. 24).
-- contiendas (rivalidades, LBLA; facciones, VM). -- eritheia. Rom. 2:8; 2 Cor. 12:20. Básicamente esta palabra se refiere a la ambición personal de la cual resulta la rivalidad o espíritu faccioso. Fil. 1:17 es un buen ejemplo de ella. Estos, que se aprovecharon de su privilegio de predicar para despreciar a Pablo y para exaltarse a sí mismos, no querían que los hermanos hablaran tanto de Pablo y querían más renombre para sí mismos. Los tales querían más poder e influencia, quieren seguidores (Hech. 20:29; 1 Cor. 1:10-13). Por eso, Pablo exhorta a los filipenses (2:3), "Nada hagáis por contienda o por vanagloria" y luego les dice, "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús ... " porque los que quieren exaltar a Cristo no buscan gloria para sí mismos.
Es alarmante encontrar contiendas, disensiones y partidos en esta lista tan terrible de pecados como fornicación, lascivia, borrachera, etc., pero para Dios el pecado es pecado y no hay pecados respetables. ¿Quién hace más daño, el borracho que se destruye a sí mismo o el hermano faccioso que divide la iglesia?
-- disensiones, -- dichostasia. Divisiones. La división destruye la unidad por la cual Jesús oró (Jn. 17:21-23). Destruye la comunión entre hermanos. "Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá" (Mat. 12:25). Este texto es profético y explica la debilidad de la iglesia: tiene poca fuerza porque está muy dividida. En el siglo XIX se dividió por causa de la introducción de instrumentos de música en el culto y de la sociedad misionera. Se dividió a mediados del siglo XX cuando se introdujo la "iglesia patrocinadora" que es otra forma de la sociedad misionera. Otros han dividido la iglesia enseñando -- directa o indirectamente -- que todos los divorciados pueden volverse a casar. Para evitar más división algunos hermanos citan Romanos 14 para probar que puede haber unidad a pesar de toda clase de diversidad y éstos incluyen en esta categoría asuntos de la fe (Judas 3), es decir, doctrinas claramente enseñadas a través de mandamientos, ejemplos e inferencias necesarias. Nos debe preocupar muchísimo la unidad porque Jesús la desea, pero la "unidad" en la diversidad de toda clase de enseñanza y prácticas erróneas no es unidad sino unión.
La palabra dichostasia aparece solamente en un texto más, Rom. 16:17, "Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos". Jesús también basa la unidad en la doctrina (véase Jn. 17:8, 14, 21). Pero no debe haber divisiones por causa de disgustos y ofensas personales. Los problemas personales deben resolverse de acuerdo con las enseñanza de Jesús. (Mat. 5:23, 24; 18:15-18).
-- herejías (sectarismos, LBLA; sectas, VM; partidos, VHA), -- hairesis. La imposición de una opinión de la cual resulta la división y la formación de un partido o secta. "La secta de los fariseos" (Hech. 15:5); la iglesia fue erróneamente llamada "la secta de los nazarenos" (Hech. 24:5) y Pablo aclaró el asunto diciendo que "según el Camino que ellos llaman herejía, así sirvo al Dios de mis padres" (ver. 14). Otra vez la iglesia fue llamada una secta (Hech. 28:22) y otra vez Pablo corrigió esa idea al hablar no de una secta sino del reino de Dios (ver. 23).
No es bueno que haya sectas pero Pablo dice (1 Cor. 11:19), "Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones (sectas, hairesis), para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados"; es decir, es preciso distinguir entre fieles e infieles. Aunque había partidos o sectas en la iglesia de Corinto todavía había una sola iglesia (no se había formado otra congregación). Es muy posible que esta carta sirviera para evitar una división permanente.
5:21 -- envidias, -- phthonoi, "sentimientos de mal ánimo contra alguien" (ATR). "Es el sentimiento de disgusto producido al ser testigo u oír de la prosperidad de otros ... Zelos debe distinguirse de phthonos en que la envidia desea privar al otro de lo que tiene, en tanto que el celo desea poseer lo mismo y ciertamente admite un significado plenamente bueno" (Vine). Mat. 27:18; Rom. 1:29; Fil. 1:15; 1 Tim. 6:4; Tito 3:3; 1 Ped. 2:1. A veces La palabra celo se usa en sentido bueno, pero envidia siempre es palabra mala, porque se refiere al espíritu maligno y amargado que desea mal para otro. Es mala disposición hacia otro. Una de las pruebas más significativas de la madurez es la reacción cuando otro es honrado, exaltado o prosperado. El cristiano se goza con el que se goza (Rom. 12:15) pero el envidioso se pone de mal humor, lo critica y quiere hacerle mal. Verdaderamente, "envidia es carcoma de los huesos" (Prov. 14:30): por envidia Abel fue asesinado, José fue vendido, David fue perseguido y Jesús fue crucificado.
-- homicidios, -- phonos, Mar. 7:21; Hech. 9:1. De los pleitos, enemistades, envidias, etc. resultan los homicidios. Muchísimas personas que han matado a otros no se imaginaban que eran capaces de matar a otra persona, pero el que codicia a una mujer es capaz de cometer adulterio y el que aborrece a otro es capaz de matarlo. Pocos santos físicamente matan a otros santos, pero 1 Jn. 3:15 dice, "Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él". Por eso, conviene definir aborrecer. Viene de miseo, "se usa especialmente (a) de sentimientos maliciosos e injustificables hacia otros ... " (Vine).
Otra amonestación acerca de homicidios es que conviene enseñar enfáticamente que tiene que ver con el aborto, porque millones de mujeres están matando a sus hijitos en la matriz. Sin duda alguna esta práctica es otra forma de homicidio. Tales mujeres se justifican diciendo que tienen el derecho sobre su cuerpo, pero no se está matando el cuerpo de la madre sino el cuerpo de su hijo(a). La causa principal del aborto es para "corregir" el pecado de fornicación; es decir, se comete fornicación, la mujer resulta embarazada pero no quiere el niño (no está casada, quiere seguir sus estudios, quiere seguir libre para buscar sus placeres, etcétera). Seguramente la sangre de los inocentes clama a Dios desde la tierra (Gén. 4:10).
-- borracheras, -- methe. Luc. 21:34; Rom. 13:13. Hoy en día se habla del "alcoholismo" como si fuera alguna enfermedad (como la gripe), pero la Biblia no clasifica la borrachera como enfermedad sino como un pecado. Desde luego, la borrachera causa enfermedades serias porque destruye el hígado y aun el cerebro, pero es una enfermedad que se contrae voluntariamente. El borracho es totalmente responsable por su enfermedad.
Algunos argumentan que está bien beber con moderación sólo que no se emborrache, pero 1 Ped. 4:3 no solamente condena la borrachera sino también las fiestas para beber: potos, (disipación) quiere decir "una sesión de bebida" (Vine) y la versión New American Standard la traduce "drinking parties" (fiestas para beber). Dice Trench que "no es necesariamente excesivo" (Synonyms of the New Testament).
"El vino es escarnecedor, la sidra (la bebida fuerte, LBLA) alborotadora, y cualquiera que por ellos yerra no es sabio", Prov. 20:1 (véase Prov. 23:31-35). "No es de los reyes beber vino, ni de los príncipes la sidra; no sea que bebiendo olviden la ley, y perviertan el derecho de todos los afligidos" (Prov. 31:4, 5). Se ha establecido con toda certeza que el consumo mínimo de alcohol afecta la función del cerebro.
-- orgías, -- komoi. Rom. 13:13, "glotonerías". "Un desenfreno, lo que acompaña y es consecuencia de la embriaguez", (Vine); es semejante a la lascivia.
-- y cosas semejantes a estas; -- Esta lista no está completa, pero son los males principales.
-- acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. -- 1 Cor. 6:9, 10; Efes. 5:5. ¿Habría reposo y gozo en el hogar celestial si hubiera contiendas, disensiones y facciones, o pleitos, celos, iras, etc.? Este texto nos dice una vez para siempre que si no podemos dominar los apetitos y sentimientos carnales, estamos rechazando el hogar celestial y escogiendo la compañía de los peores de la tierra.
5:22 -- Mas el fruto del Espíritu es -- "Andad en (por) el Espíritu" (5:16) y no haréis las obras de la carne, sino que llevaréis este fruto (Jn. 15:4, 8). Recuérdese que el andar o vivir por el Espíritu simplemente significa vivir de acuerdo con el evangelio o la ley de Cristo.
Pablo no da aquí una lista de los dones del Espíritu (hablar en lenguas, profetizar, sanar, etc.). Este fruto no es llevado por poseer los dones del Espíritu Santo para obrar milagros, sino porque mora el Espíritu en nosotros (Rom. 8:9); es decir, El nos guía a través de su palabra (Rom. 8:14; Gál. 5:16) y participamos de las cosas del Espíritu (2 Cor. 13:14).
-- amor -- agape. El amor no es expresión de los sentimientos o emociones, sino de la voluntad. "El amor cristiano, sea que se ejercite hacia los hermanos, o hacia hombres en general, no es un impulso que provenga de los sentimientos, no siempre concuerda con la general inclinación de los sentimientos, ni se derrama sólo sobre aquellos con los que se descubre una cierta afinidad. El amor busca el bien de todos, Ro 15:2; y no busca el mal de nadie, 13:8-10; el amor busca la oportunidad de hacer el bien a 'todos, y mayormente a los de la familia de la fe'. Gá 6:10" (Vine). "El significado de agape es benevolencia inconquistable, buena voluntad que no se vence. Agape es el espíritu en el corazón que nunca buscará otra cosa sino el bien máximo de sus semejantes. No importa cómo sus semejantes lo traten; ... no importa la actitud de ellos hacia él, éste nunca buscará otra cosa sino el bien máximo de ellos". (Barclay).
Los filósofos griegos enseñaban que el amor era solamente para aquellos que lo merecían, -- y parece que mucha gente está de acuerdo con ellos -- pero Jesús nos enseña que debemos amar a los no amables (los que no lo merecen), Mat. 5:44-48; Rom. 5:8.
Recuérdese lo que Pablo ya había dicho acerca del amor en este capítulo: 5:6, 13, 14; como también lo que dice en Rom. 13:10; 1 Cor. 13; Ef. 5:2. Dice Cristo, "En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros" (Jn. 13:35). "Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto" (Col. 3:14). No solamente Pablo sino también Juan (1 Jn. 3:14; 4:8, 19) y Pedro (1 Ped. 4:8) dan prioridad a esta gracia. "El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor" (1 Jn. 4:8). Por eso, es indispensable que los santos posean el amor verdadero para ser "participantes de la naturaleza divina" (2 Ped. 1:4).
El amor de Dios nos disciplina (Heb. 12:4-11); el amor de padres disciplina (Efes. 6:4); y el amor de los santos disciplina (1 Cor. 5:5). Después de todas las exhortaciones y amonestaciones de la primera carta a los corintios, el apóstol Pablo la termina con estas palabras: "Mi amor en Cristo Jesús esté con todos vosotros. Amén" (1 Cor. 16:24). Pablo amaba a las iglesias "con el entrañable amor de Jesucristo" (Fil. 1:8).
Por amar a Dios y la verdad y por amar las almas de los gálatas Pablo escribió Gál. 1:6-9. Los carnales dirán que ese texto no refleja amor, benignidad y paciencia, pero el proclamar el evangelio puro y condenar el error son actos de amor. Hay diferencia significativa entre el contender por la fe y los pleitos, etc., que son obras de la carne.
-- gozo, -- chara. Este gozo no tiene que ver con circunstancias externas, sino que resulta de la buena relación con Dios. Este gozo está en el corazón de aquel que aprende la voluntad de Dios y la obedece. Fil. 4:4, "Regocijaos en el Señor siempre", porque Dios nos perdonó, porque tenemos comunión con Dios y con hermanos fieles, porque tenemos la dicha de poder participar en su obra y porque tenemos una esperanza viva. Col. 1:12, "con gozo dando gracias al Padre" y se aplica al versículo anterior, "paciencia y longanimidad; con gozo ... ". Con gozo se debe llenar la vida con amor, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, y dominio propio. Con gozo hemos de añadir a nuestra fe virtud, conocimiento, dominio propio; paciencia, piedad, afecto fraternal y amor (2 Ped. 1:5-7). 1 Tes. 5:16 "Estad siempre gozosos".
Romanos 14 trata de opiniones (el comer o no ciertos alimentos y el estimar o no ciertos días como especiales) y explica que "el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo" (ver. 17).
Los tesalonicenses recibieron "la palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo" (1 Tes. 1:6). Cuando el etíope obedeció al evangelio "siguió gozoso su camino" (Hech. 8:39). 59
Cuando el carcelero se bautizó "se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios" (Hech. 16:34). Las iglesias establecidas por algún hermano son su "gozo y corona" (Fil. 4:1; 1 Tes. 2:19, 20).
-- paz, -- eirene. Los creyentes verdaderos tienen gozo y paz: "La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da ... Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo" (Jn. 14:27; 16:33); "Y el Dios de esperanza os llene de gozo y paz en el creer" (Rom. 15:13). "Gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno" (Rom. 2:10). "Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo" (Rom. 5:1). Esto significa que ahora Dios nos acepta (habiéndonos perdonado) y sostenemos una relación buena con El. Por eso, el evangelio se llama "el evangelio de la paz" (Hech. 10:36). El que predica y enseña este evangelio de la paz es "pacificador" (Mat. 5:9).
Los que tienen paz con Dios también tendrán paz unos con otros. "Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación" (Rom. 14:19; dando preferencia a otros, Gén. 13:9; y aun sufriendo el agravio, 1 Cor. 6:7); "Tened paz entre vosotros" (1 Tes. 5:13). También en cuanto sea posible tendrán paz con todos (Rom. 12:18; Heb. 12:14; 1 Ped. 3:10, 11). Sin embargo, el "Príncipe de paz" (Isa. 9:6) dijo, "No penséis que he venido para traer paz a la tierra, no he venido para traer paz, sino espada" y luego habla de conflictos entre parientes por causa del evangelio (Mat. 10:34-38).
Cristo quitó la pared intermedia (la ley de Moisés) que había separado a los judíos de los gentiles (Efes. 2:14-17), "haciendo la paz".
Al decir, "Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz" (4:3) Pablo explicó la base de la verdadera paz y unidad: un cuerpo, un Espíritu, una esperanza, un Señor, una fe, un bautismo, un Padre (vers. 4-6).
"Busque la paz, y sígala", (1 Ped. 3:11).
-- paciencia (longanimidad, VM), -- makrothumia (palabra compuesta de largo + temperamento; por eso, largura de ánimo). En las versiones más comunes makrothumia no siempre se traduce longanimidad, tal vez porque esta palabra no es tan común y conocida como paciencia, pero aparecen las dos palabras en Col. 1:11, "fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia (hupomonen) y longanimidad" (también se ven juntas en Sant. 5:10 (makrothumia), 11 (hupomonen); 2 Cor. 6:4, 6; 2 Tim. 3:10. Según Trench (Synonyms) hupomone significa "permanecer debajo de dificultades sin sucumbir, mientras que makrothumia es la dilatada resistencia que no busca tomar represalias" (citado por ATR). Según Larousse, longanimidad significa "grandeza de ánimo". Longánimo es magnánimo, generoso. La palabra bíblica describe la disposición de no perder la paciencia con otros aunque sean "difíciles de soportar" (1 Ped. 2:18). El hermano longánimo no tolera el pecado y el error (Rom. 16:17; 1 Cor. 5), pero alienta a los de poco ánimo, sostiene a los débiles y es paciente para con todos (1 Tes. 5:14). "El amor es sufrido, es benigno ... Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta" (1 Cor. 13:4-7).
La longanimidad es la base de la humildad y es necesaria para perdonar, y es necesaria para que no se interrumpa la comunión entre hermanos. "Con larga paciencia se aplaca el príncipe" (Prov. 25:15); "Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad" (Prov. 16:32).
"Y tened entendido que la paciencia (makrothumia) de nuestro Señor es para salvación" (2 Ped. 3:15). "El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente (makrothumia) para con nosotros, no queriendo que ninguna perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento" (2 Ped. 3:9). "¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado;" (Ex. 34:6, 7). "Pero tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia" (Neh. 9:17; véanse también Sal. 103:8; 86:15; 145:8). Jonás sabía esto y, por eso, huyó y no quería predicar a los de Nínive (Jonás 4:2).
En este contexto (Gálatas) la longanimidad es indispensable para que haya buena relación entre hermanos en Cristo porque, con la excepción de Heb. 6:15, parece que makrothumia siempre expresa paciencia ante personas hostiles. "Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia (longanimidad) los unos a los otros en amor" (Efes. 4:2). Este es el uniforme del cristiano; debe vestirse de estas cualidades de carácter. "Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia (longanimidad); soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros" (Col. 3:12, 13).
Los evangelistas que agradan a Dios predican con en pase makrothumia, con toda longanimidad (2 Tim. 4:2). Algunos tienen mecha corta y con poca provocación hay explosión. El iracundo no debe ser escogido por la congregación para ser uno de los obispos (Tito 1:7), pero tampoco debe ser invitado a predicar.
Todo cristiano debe ser paciente (makrothumeo) como el labrador que espera el fruto de la tierra, aguardando con paciencia (makrothumeo) hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía (Sant. 5:7; y otra vez en los vers. 8 y 10).
-- benignidad, -- chrestotes. 2 Cor. 6:6; Esta es otra característica de Dios ("él es benigno para con los ingratos y malos", Luc. 6:35). La benignidad de Dios ha sido manifestada en el evangelio de Cristo (Tito 3:4-7). Su benignidad se demostró al dar a su Hijo para salvarnos; Efes. 2:7, "para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad (chrestotes) para con nosotros en Cristo Jesús".
Por eso, la benignidad de Dios nos guía al arrepentimiento. "¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?" (Rom. 2:4). Un pensamiento semejante se encuentra en 1 Pedro 2:1-3 ("si es que habéis gustado la benignidad del Señor" debéis desechar toda malicia, todo engaño, etcétera). "Vestíos ... de benignidad" (Col. 3:12) para ser como Dios. "Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo" (Efes. 4:32), porque de otro modo se pierde la salvación. Es muy importante y muy bueno que hayamos sido bautizados y que asistamos a los servicios para participar de la mesa del Señor, etc., pero si no somos benignos como Dios y si no perdonamos a otros, entonces Dios no nos perdonará (Mat. 6:14, 15). "Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque El es benigno para con los ingratos y malos" (Luc. 6:35).
Al describir como las ramas naturales fueron desgajadas Pablo dice, "Mira, pues, la bondad (benignidad, chrestotes) y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado" (Rom. 11:22). No conviene, pues, abusar de la benignidad de Dios.
Este fruto del Espíritu debe manifestarse en nuestra predicación del evangelio (2 Tim. 2:24-26), pero muchos tienen un concepto erróneo de la benignidad porque creen que no son benignos los que condenan el error, y mayormente cuando sostienen discusiones públicas (debates) para defender la verdad y exponer el error. Pablo es un ejemplo bueno de la benignidad pero léanse Rom. 16:17; Fil. 1:16, 27; 2 Tim. 4:2-4; compárense Judas 3; 2 Jn. 9-11. ¿Dejó de ser benigno nuestro Señor cuando denunció la hipocresía de los fariseos y escribas? (Mat. 23). La benignidad no significa la tolerancia del pecado y error.
La palabra chrestos (el adjetivo) aparece en Mat. 11:30, "porque mi yugo es fácil (chrestos), y ligera mi carga". El yugo de Cristo es benigno porque está bien acomodado a nosotros. Es una crueldad poner sobre el cuello del animal un yugo que no le quede bien, que esté mal ajustado y, por eso, le irrite y moleste. Así es el yugo del pecado, pero nadie debe quejarse del yugo de Cristo porque es fácil y benigno.
-- bondad, -- agathosune. Esta palabra se encuentra en solamente otros tres pasajes: Rom. 15:14 "lleno de bondad"; Ef. 5:9, "el fruto del espíritu es en toda bondad, justicia y verdad"; 2 Tes. 2:17. Algunos piensan que agathosune es la manifestación práctica de chrestotes. Tal vez generosidad sea buen sinónimo. Lenski cree que la traducción más correcta es beneficencia.
-- fe (fidelidad, LBLA) -- pistis. Fiel, leal, honrado, honesto, confiable; persona que llena sus compromisos; persona en la cual se puede tener plena confianza sin quedar decepcionado. Jesús habla del "siervo fiel y prudente", Mat. 24:45; "Bien, buen siervo y fiel" (Mat. 25:21). Los administradores deben ser fieles (1 Cor. 4:2). Algunos de los gálatas ya no mostraban la misma lealtad o fidelidad hacia Pablo y el evangelio puro que habían demostrado al principio (1:6-9; 4:13-17; 3:1; 5:7).
Debemos ser fieles como Dios es fiel (1 Cor. 1:9; 10:13; 1 Tes. 5:24; 2 Tes. 3:3; 2 Tim. 2:13) y como Cristo es fiel (Apoc. 1:5; 19:11; Heb. 2:17; 3:2, 5).
Pablo habla de la fidelidad de sus colaboradores: Timoteo (1 Cor. 4:17); Tíquico (Efes. 6:21); Epafras (Col. 1:7); Onésimo (Col. 4:9). Pedro dijo que Silvano era "hermano fiel" (1 Ped. 5:12) y Juan dijo a Gayo, "Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos" (3 Jn. 5). "Las mujeres asimismo sean ... fieles en todo" (1 Tim. 3:11).
5:23 -- mansedumbre, -- prautes. Jesús dice, "soy manso y humilde" (Mat. 11:29; véase Mat. 21:5; 2 Cor. 10:1). "Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra" (Núm. 12:3). En cuanto a nuestra relación con Dios la mansedumbre significa sumisión (Sant. 1:21, "recibid con mansedumbre la palabra"); en cuanto a nuestra relación con el hombre la mansedumbre significa fuerza y gentileza. Es lo opuesto de "enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones" (ver. 20), como también de la arrogancia.
"Restauradle con espíritu de mansedumbre" (Gál. 6:1); los que no tienen el espíritu de mansedumbre hacen más mal que bien cuando intentan restaurar. "Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen" (2 Tim. 2:24, 25). "Estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre" (1 Ped. 3:15). "¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre" (Sant. 3:13).
La mansedumbre esta asociada con el amor (1 Cor. 4:21) y con la humildad (Mat. 11:29; Efes. 4:2; Col. 3:12). "Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres" (Tito 3:2). Aquí la mansedumbre se pone en contraste con pendenciero.
-- templanza (dominio propio, LBLA); -- egkrateia, Hech. 24:25, 2 Ped. 1:6. Según 1 Cor. 9:25, todo aquel que lucha ejercita el dominio propio en todo, tiene control de sí mismo, no solamente absteniéndose de todo vicio, sino también manteniendo una dieta estricta y sometiéndose al entrenamiento indicado. El obispo debe ser "dueño de sí mismo" (Tito 1:8, teniendo dominio propio). "Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio" (2 Tim. 1:7). Es indispensable que los ancianos, diáconos, evangelistas, y maestros tengan el dominio propio.
-- contra tales cosas no hay ley. -- No hay ley divina que condene tales cosas, pero el gobierno de Estados Unidos prohíbe que estas cosas se enseñen en las escuelas públicas como principios bíblicos.
Estas buenas cualidades cumplen la ley de Dios, ver. 14; Rom. 13:8-10.
5:24 -- Pero los que son de Cristo -- Pablo habla de "el fruto del Espíritu" y luego habla de "los que son de Cristo". Compárese Efes. 3:16, 17, "fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones". Los carismáticos quieren separar la obra del Espíritu Santo de la obra de Cristo. Hablan mucho de lo que el Espíritu Santo hace como si fuera cosa distinta a lo que Cristo hace. Pero si el Espíritu ocupa el corazón, Cristo lo ocupa, y si Cristo ocupa el corazón, el Espíritu lo ocupa. El Espíritu vino para hacer la obra de Cristo (Jn. 15:26; 2 Cor. 3:17).
-- han crucificado la carne (vers. 16, 17, 19) con sus pasiones y deseos. -- 2:20. Los que querían someterse a la ley de Moisés no podían vencer la carne, pero "los que son de Cristo han crucificado la carne", habiéndose arrepentido de estas obras de la carne y habiéndose bautizado para perdón de pecados (3:27; Hech. 2:38). Haciendo esto "nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado" (Rom. 6:6).
5:25 -- Si (Puesto que) vivimos por el Espíritu, -- El es la fuente de nuestra vida (3:3). La palabra "Si" es como la "si" de Fil. 2:1 y quiere decir "puesto que" (dice "vivimos", incluyendo a sí mismo en el verbo).
-- andemos (avancemos) también por el Espíritu. -- Con esto les recuerda que "habiendo comenzado por el Espíritu" (3:3), "son de Cristo" (5:24), que "han crucificado la carne" y, por eso, deben ser guiados por el Espíritu. ¡Seamos en realidad lo que profesamos ser!
5:26 -- No nos hagamos vanagloriosos, -- kenodoxoi. Jactanciosos. Los judaizantes menospreciaban a Pablo para exaltarse a sí mismos (2 Cor. 11:22, 23). Fil. 2:3, "Nada hagáis por contienda o por vanagloria". No deben gloriarse en sí mismos ni en la carne (6:13), sino en Cristo (6:14; 1 Cor. 1:31; 2 Cor. 2:17). Véanse Prov. 16:18; 29:23; Rom. 12:3, 16
-- irritándonos (provocándonos) unos a otros, -- prokaleo, llamar fuera, retando al combate.
-- envidiándonos unos a otros. Véase el ver. 21, notas.