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!!BIENBENIDOS!!!

El Ministerio Cristiano Israel nace en el corazón de Dios hace algun tiempo despertando una necesidad tremenda en el estudio de la palabra, con mis comienzos en el estudio de la palabra a los 18 años de edad. Desde entonces he tenido un vivo deceo de llevar la palabra de Dios a las naciones.

Hoy quiero invitarte a conocer profundamente el mensaje de nuestro Señor a las naciones como así también profundizar tus conocimientos sobre su vida, persona, poder, magnificencia, reino, Amor, fidelidad, misericordia, etc... Aquí podrás conocer la historia de Israel en sus comienzos en el A.T como también en el N.T el proceso del nuevo pacto que nos permitio acceder a sus promesas.

Espero que sea una fuente rica para el conocimiento verdadero de sus verdad.

"EL TEMOR DEL SEÑOR ES EL PRINCIPIO DEL CONOCIMIENTO; LOS NECIOS DESPRESIAN LA SABIDURIA Y LA DISCIPLINA". PROVERVIOS CAP 1:7.

Evangelio San Juan 1:15 - 51

Juan 1:15-51
1:15, 16 Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí (o, tiene un rango más elevado que yo, LBLA, margen); porque era primero que yo. Porque de su plenitud (Efes. 1:23; Col. 1:19; 2:9) tomamos todos, (estando unidos con El, Gál. 3:26, 27, tenemos comunión con El, 1 Cor. 1:9), y gracia sobre gracia (plenitud de gracia).
1:17 Pues la ley (con sus tipos, sombras y figuras, Col. 2:16, 17; Heb. 8:4, 5; 10:1, que era un ministerio de muerte, 2 Cor. 3:7) por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad (el evangelio, el ministerio de justificación, 2 Cor. 3:9) vinieron por medio de Jesucristo. -- Este texto enfatiza que el evangelio ("la gracia y la verdad") es superior a la ley de Moisés, pero la ley nunca compitió con el evangelio. Más bien, Cristo y los apóstoles explican ampliamente el papel importante de Moisés y de la ley de preparar al pueblo para la venida de Cristo. "Si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él" (5:46).
Aunque gracia era una de las palabras favoritas de Pablo, Juan no vuelve a usarla, pero repetidas veces habla de la verdad. La verdad estaba manifestada en Cristo quien estaba "lleno de gracia y de verdad" (1:14); "la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo" (1:17); "digo la verdad" (8:45; 16:7); "Yo soy ... la verdad" (14:6); "para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad" (18:37); "conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (8:32); "el que practica la verdad viene a la luz" (3:21); Cristo enviaría al "Espíritu de verdad" (14:17; 15:26); "él os guiará a toda la verdad" (16:13) (FP).
1:18 A Dios nadie le vio jamás (Deut. 4:12; 1 Jn. 4:12, 20); el unigénito Hijo (el unigénito Dios, LBLA), que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer. -- La traducción de LBLA tiene más apoyo de los manuscritos. "El unigénito Hijo ... Esta es la lectura del Textus Receptus ... Pero los más antiguos y mejores MSS. griegos (Alef, B, C, L) leen monogenes theos (Dios unigénito), que es indudablemente el verdadero texto" (ATR).
Dios es conocido por sus maravillosas obras (Rom. 1:20; Sal. 19), pero Cristo "le ha dado a conocer" perfectamente (8:19; 12:45; 14:9).
1:19 Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres? -- Juan habla de la multitud (los habitantes en total de Palestina, principalmente los galileos) y de los judíos, los de Judea y en particular de Jerusalén que se oponían a Jesús. La multitud, menospreciada por los judíos (7:49), escuchaba a Jesús y muchos creían en El; aun querían obligarle a ser su rey (6:15), y cuando Jesús entró en la ciudad de Jerusalén "clamaban: ¡Hosanna! ¡ ... rey de Israel!" (12:13). Los judíos (los escribas y fariseos, los saduceos, los ancianos, los principales sacerdotes y los doctores o intérpretes de la ley) eran tenaces en su expectación de un Mesías nacional. Eran los instigadores y líderes de la oposición contra Jesús que resultó en su crucifixión. (MRV).
Esto judíos querían saber más acerca de Juan. Tenían que investigar tales movimientos porque tenían que dar cuenta a los romanos de cualquier amenaza a la paz. Los romanos daban mucha libertad a las naciones sojuzgadas, pero insistían en que los gobernantes mantuvieran el buen orden. Muchísimas personas habían salido de Jerusalén y de toda Judea para escuchar a Juan y para ser bautizados por él. Entonces ¿quién sería este bautizador?
-- Este es el testimonio de Juan -- En una ocasión Jesús preguntó, "¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?" (Mat. 16:13). El testimonio de la gente que vio y escuchó a Jesús era muy importante. He aquí el testimonio acerca de Jesús registrado por Juan en este libro:
Juan (el autor de este libro) (21:24): "Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero" (19:34, 35).
Juan el bautista: "el Cordero de Dios ... " (1:29, 36).
Andrés: "Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo)" (1:41).
Felipe: "Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas"(1:45).
Natanael: "Tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel" (1:49).
María, la madre de Jesús: "Haced todo lo que os dijere" (2:5). ¿Creía ella que Jesús era simplemente un huésped más? No, sino que creía que El podía hacer algo extraordinario. También hay que tomar en cuenta el silencio de María. Ella dio su testimonio no solamente en lo que decía, sino también en lo que no decía. ¿Qué madre fiel y amorosa no haría todo lo posible para salvar a su hijo? ¿Qué madre dejaría que su hijo muriera por causa de una mentira cuando ella sabía la verdad? Cuando "los judíos le respondieron (a Pilato): Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios" (19:7), ¿qué dijo María? Si Jesús no era (es) el Hijo de Dios, entonces María podía haber testificado que lo que los judíos decían no era cierto, que ella, su madre, sabía perfectamente quién era su padre y que no era Dios. Con ese testimonio habría salvado la vida de su hijo.
Nicodemo: "Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él" (3:2). No hay nada que indique que después de este incidente Nicodemo cambiara de opinión, pues aludió que Jesús tenía derecho a defenderse (7:50, 51), y ayudó a José de Arimatea en la sepultura del cuerpo de Jesús (19:39).
Los samaritanos. La mujer: "Señor, me parece que tú eres profeta" (4:19); "Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo?" (4:29); "Me dijo todo lo que he hecho" (4:39). Los samaritanos: "Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo" (4:42).
Pedro: "Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¡Queréis acaso iros también vosotros? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna" (6:66-68). Es cierto que en un momento de flaqueza él negó a Cristo, pero inmediatamente se arrepintió y dedicó su vida a la proclamación de estas "palabras de vida eterna".
La multitud estaba dividida. Algunos eran influenciados por el prejuicio de los líderes de los judíos, pero otros podían dar un testimonio más objetivo.
-- Después del milagro de alimentar a los 5000, algunos decían, "¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido?" (6:42). Aceptaron su milagro pero no podían aceptar su deidad.
-- "le buscaban los judíos en la fiesta, y decían: ¿Dónde está aquél? Y había gran murmullo acerca de él entre la multitud, pues unos decían: Es bueno; pero otros decían: No, sino que engaña al pueblo" (7:11, 12).
-- "Pues mirad, habla públicamente, y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido en verdad los gobernantes que éste es el Cristo?" (7:26).
-- "Y muchos de la multitud creyeron en él, y decían: El Cristo, cuando venga, ¿hará más señales que las que éste hace?" (7:31).
-- Algunos decían: "Verdaderamente éste es el profeta. Otros decían: Este es el Cristo. Pero algunos decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo? ¿No dice la Escritura que del linaje de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el Cristo?" (7:40-43). Estaban divididos pero todos entendían que Jesús no era como los demás rabinos.
-- La entrada triunfal: "Grandes multitudes que habían venido a la fiesta, al oír que Jesús venía a Jerusalén, tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle, y clamaban: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!" (12:12, 13). En esto llegó al colmo de su popularidad.
-- Los judíos "gritaron: ¡Fuera, fuera, crucifícale! ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César" (19:15).
Los judíos. Al decir judíos Juan hablaba de los de Jerusalén, principalmente de los líderes hostiles.
-- "Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado?" (7:15). Esto indica que ellos reconocían su conocimiento superior.
-- "Volvió a haber disensión entre los judíos por estas palabras. Muchos de ellos decían: Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿por qué le oís? Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?" (10:19-21). En esto se condenaban solos, porque reconocían que Jesús había hecho el milagro de abrir los ojos de los ciegos.
Los fariseos. también éstos estaban divididos cuando abrió los ojos del ciego. "Entonces algunos de los fariseos decían: Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el día de reposo. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y había disensión entre ellos?" (9:16).
-- después de la resurrección de Lázaro, "Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales" (11:47). No hablaron de una sola señal (la de levantar a Lázaro) sino de "muchas señales".
-- testifican de la influencia de Jesús sobre el pueblo, y del temor que sentía en cuanto al resultado de sus obras. "Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos, y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación" (11:48).
-- reconocían que no podían hacer frente a la situación causada por la influencia de Jesús. "Pero los fariseos dijeron entre sí: Ya veis que no conseguís nada. Mirad, el mundo se va tras él" (12:19). Estaban muy frustrados.
En resumen, los fariseos testificaron que Jesús había hecho muchas señales, que su influencia crecía, y que ellos no habían podido hacer nada para evitarlo. Estaban persuadidos que su último recurso era matarle. Por eso, desde entonces comenzaron a llevar a cabo su plan diabólico.
Los alguaciles. "Los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y a los fariseos; y éstos les dijeron: ¿Por qué no le habéis traído? Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!" (7:45-52). Estas palabras provocaron una reacción fuerte de parte de los fariseos. "Entonces los fariseos les respondieron: ¿También vosotros habéis sido engañados? ¿Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes, o de los fariseos? ... Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta".
El hombre que nació ciego. 9:17, "¿Qué dices tú del que te abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta". Los padres confirmaron que su hijo había nacido ciego. Entonces los fariseos dijeron, 9:24, "Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador. 9:25, Entonces él respondió y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo".
Marta: "Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará" (11:22).
-- "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo" (11:25-27).
Los discípulos. Después del discurso final de los capítulos 14-16, 16:30, "Ahora entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto creemos que has salido de Dios".
Pilato. 18:38, "Yo no hallo en él ningún delito". 19:4, "ningún delito hallo en él". 19:6, "yo no hallo delito en él".
Tomás. 20:25, "Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré". 20:28, "¡Señor mío, y Dios mío!" (Esta lista preparada por HH).
1:20 Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo. -- Si hubiera dicho que era el Profeta o el Mesías, muchos lo habrían aceptado. El que los oficiales hubieran enviado para investigarlo testifica de su popularidad. Recuérdese que años después, aun en Efeso, Juan tenía discípulos (Hech. 18:25; 19:3).
1:21 Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. -- En base a Mal. 4:5, los judíos esperaban que Elías volviera en persona. El sí vino en persona cuando Jesús fue transfigurado (Mat. 17:10), pero este evento no fue el cumplimiento de la profecía de Malaquías. Jesús dijo acerca de Juan que "él es aquel Elías que había de venir" (Mat. 11:14; 17:12, 13), porque iba "delante de él con el espíritu y el poder de Elías" (Juan era, pues, Elías en espíritu) (Luc. 1:17), pero no le tocó a Juan contestar que "Sí, yo soy Elías, y yo cumplí la profecía de Mal. 4:5", porque él no era literalmente Elías (Elías en persona).
-- ¿Eres tú el profeta? (Deut. 18:15, 18) Y respondió: No. -- No Juan sino Cristo cumplió esta profecía (Hech. 3:22, 23).
1:22-25 Le dijeron: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías (40:3, Esta profecía fue citada por Mateo, Marcos y Lucas). Y los que habían sido enviados eran de los fariseos. (Los fariseos tenían mucho interés en los lavamientos externos como se ve en Mateo 15:2; 23:25; tal vez por esa razón querían saber más acerca del bautismo de Juan). Y le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta? -- Estos hubieran tenido plena autoridad para bautizar, pero ¿con qué propósito bautizaría Juan y cuál sería la naturaleza de este lavamiento? Esta pregunta muestra que consideraban el bautismo de Juan como un nuevo rito, desconocido por ellos. Algunos comentaristas hablan del bautismo de prosélitos pero, en primer lugar, no hay evidencia clara de que tal práctica existiera y, en segundo lugar, Juan no bautizaba a los gentiles sino a los judíos.
1:26 Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis. -- Omítase la palabra mas; LBLA dice pero (con letra cursiva para indicar que no traduce una palabra griega). Ellos preguntan "¿Por qué, pues, bautizas?" El significado de su respuesta es que él bautizaba porque el Mesías estaba allí en medio de ellos, y el bautismo de Juan lo anunciaba. El bautismo de Juan era autorizado, pues, por el Mesías.
1:27 Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado. -- Cuando "Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él", éste no sabía que Jesús era el Mesías, pero sí sabía que no era un pecador y, por eso, no se sentía digno de bautizarlo (Mat. 3:13, 14). Jesús también bautizaba (3:22; 4:1) y con todo gusto Juan hubiera aceptado que Jesús lo bautizara a él ("yo necesito ser bautizado por ti", Mat. 3:14). Estos textos enfatizan que Jesús no tenía pecado (1 Ped. 2:22; Heb. 4:15), y que aunque Juan gozaba de mucha aceptación con el pueblo, Jesús era mayor que él).
1:28 Estas cosas sucedieron en Betábara (Betania, LBLA, pero no la Betania en donde vivían Lázaro y sus hermanas), al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando.
1:29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. -- 1:36; Apoc. 5:6, 8, 13; 6:16; 7:9; 12:11). Cristo fue llamado "el Cordero de Dios" porque, como los textos del Apocalipsis explican, sería inmolado. Esto cumplió la profecía de Isa. 53:7, 10, 12, pero el pueblo no entendía ese texto. El etíope "había venido a Jerusalén para adorar" y, sin duda, había leído Isa. 53 muchas veces, pero no sabía de quién hablaría el profeta (Hech. 8:30-34).
1:30 Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón (hombre, LBLA; este término enfatiza la humanidad de Cristo), el cual es antes de mí; porque era primero que yo. -- 1:15. En cuanto a su obra, Juan vino primero, pero aquí otra vez enfatiza la preexistencia de Jesús (su eternidad).
1:31 Y yo no le conocía; -- Desde luego le conocía (Luc. 1:36), pero no le conocía como el Mesías, el Hijo de Dios.
-- mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua. -- Aquí vemos otro propósito del bautismo de Juan. No solamente bautizaba a la gente para remisión de pecados, sino que también era testigo de la deidad de Cristo.
1:32 También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. -- Mat. 3:16; Mar. 1:10; Luc. 3:22. Recibió instrucción de "el que me envió a bautizar" y vio al Espíritu que descendía del cielo como paloma. Por eso, el testimonio de Juan no se basó en su opinión, sino en una revelación de Dios y en lo que vio.
1:33 Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. -- Mat. 3:11; Luc. 3:16. Era necesario que formal y oficialmente Dios le confirmara a Juan la deidad de Jesús. Sin duda, Juan y otros sabían mucho acerca de Jesús (Juan sabía que Jesús no tenía pecado), pero era indispensable que Dios le indicara de manera indubitable que Jesús era el Hijo de Dios. Ahora, con esta experiencia, Juan estaba sumamente calificado como testigo y, por eso, un representante de El.
Cristo bautizaría con el Espíritu Santo después de ascender al cielo (Hech. 1:5, 8; 2:1-4; 10:44; 11:15-17).
1:34 Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios. -- Juan era el precursor y pregonero de Cristo, pero no lo anunció como Mesías político, sino como el Hijo de Dios. No predicó que el Mesías conquistaría los ejércitos de los romanos, sino que sería ofrecido como Cordero por los pecados del mundo. Los que escuchen a Juan aceptarán a Jesucristo como el Salvador del mundo.
1:35, 36 El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios. -- Juan ya había dicho públicamente que Jesús era el Cordero de Dios (1:29), pero ahora lo dice a dos de sus discípulos, porque el éxito del ministerio de Juan dependía de que sus discípulos llegaran a ser discípulos de Cristo.
1:37 Le oyeron hablar los dos discípulos, y siguieron a Jesús. -- Esto fue precisamente el plan y propósito de Juan. Si los discípulos de Juan hubieran insistido en ser "bautistas" en lugar de cristianos, él habría fallado completamente. ¿Qué significa ser discípulo de Cristo? (1) Oírle hablar y (2) seguirle.
1:38 Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? ( o ¿Qué queréis?) Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), -- Juan traduce los términos judaicos y arameos para el beneficio de los lectores gentiles. Al principio los discípulos le llamaron Rabí, pues todavía no le conocían bien, pero después le llamaron Señor (FP).
¿dónde moras? --
1:39 Les dijo: Venid y ved (Mat. 7:7). Fueron, y vieron donde moraba, y se quedaron con él aquel día; porque era como la hora décima -- Al comparar los otros textos en los que Juan especifica el tiempo (4:6, 52; 11:9; y, en particular, 19:14) concluimos que Juan daba la hora según el tiempo romano. Mar. 15:25 dice que "Era la hora tercera cuando le crucificaron", pero Jn 19:14 dice, "Era ... como la hora sexta. Entonces (Pilato) dijo a los judíos: ¡He aquí vuestro rey!" Pilato entregó a Jesús para ser crucificado a la hora sexta, tiempo romano, es decir, a las seis de la mañana, y fue crucificado a "la hora tercera", tiempo judío, es decir, a las nueve de la mañana.
1:40, 41 Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús. Este halló primero a su hermano Simón, -- ¿primero que qué? ¿era el primero que encontró a Pedro? o ¿que lo encontró antes de que el otro discípulo -- que no se nombra aquí -- encontrara a su hermano?
-- y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo, palabra griega; en castellano, ungido). -- Al hallar a su hermano y decirle de Cristo, Andrés hizo una obra muy importante.
1:42 Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón (su nombre hebreo), hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro, nombre griego). -- Su verdadero nombre (Cefas) se usaba poco (1 Cor. 1:12; 9:5; 15:5; Gál. 2:9). Desde este momento sería Pedro, aunque le costara mucho trabajo merecer el nombre.
1:43, 44 El siguiente día quiso Jesús ir a Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme (Mat. 4:19-22; 8:22; 19:21). Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro. -- Mat. 8:14; Mar. 1:29; Luc. 4:38 dicen que eran de Capernaúm, pero originalmente eran de Betsaida.
1:45, 46 Felipe halló a Natanael (como Andrés encontró a Pedro), -- Puesto que en los sinópticos Felipe se menciona con Bartolomé (Mat. 10:3; Mar. 3:18; Luc. 6:14), probablemente Natanael (nombre) es Bartolomé (Bar o hijo de Tholmai, que es como apellido; los que se designaban como bar (hijo) de alguien, comúnmente tenían otro nombre (Mat. 16:17, Simón, hijo de Jonás). Juan no menciona a Bartolomé. y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret. Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? (¿El Mesías podría venir de un lugar tan insignificante?) Le dijo Felipe: Ven y ve. -- 4:23. La investigación quita el prejuicio (JWM).
1:47 Cuando Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: He aquí un verdadero israelita (Rom. 2:28, 29), en quien no hay engaño (Luc. 8:15). -- Este es otro de los muchos textos que revelan la omnisciencia de Cristo. Los que dicen que al venir a la tierra Cristo se despojó de sus atributos divinos y, por eso, que Cristo no era omnisciente. Pero véanse 2:24, 25; 4:29; 7:64; 11:14; Mat. 9:4; 12:25; Luc. 5:22; 11:17, y muchos otros semejantes.
1:48-50 Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. -- De lejos, y sin haber sabido nada de él, Jesús lo conocía perfectamente (2:24, 25). Tenía conocimiento perfecto (21:17). Era omnisciente. Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel (es decir, el Mesías que restituiría el reino de Israel, Hech. 1:7). Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que estas verás. -- Natanael llegó a ser un fiel apóstol de Cristo y era testigo de sus maravillosas obras y enseñanzas.
1:51 Y le dijo: De cierto, de cierto (amén, amén) os digo: -- Esta es la primera de las veinte cinco veces que este doble amén se usa en este libro para enfatizar alguna verdad. De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden (Gén. 28:12, Jacob "soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella". Cristo es la escalera entre el cielo y la tierra. Estando aquí en la tierra Jesús tenía comunicación continua con el Padre, y toda comunicación entre los cristianos y Dios tiene que ser a través de Cristo, 14:6) sobre el Hijo del Hombre (Dan. 7:13sig.) -- Este es el nombre favorito de Jesús para sí mismo. Es el nombre del Mesías y enfatiza que como hombre Cristo representaba al Padre.
Juan dijo que Cristo era el Cordero de Dios y el Hijo de Dios; Andrés dijo que era el Mesías; Felipe dijo que era aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas; Natanael dice que El es el Rey de Israel. Jesús se refiere a sí mismo como el Hijo del Hombre.